hay tantas
se quedan con las ganas
y nosotras también.
No hace falta mencionarlas,
ni hablarlas,
bastan dos o tres miradas
para prometerlas.
Rosas olvidadas
que lloran
cuando saben
que alguien ahí las dejó.
Yo también,
suspiro con su ausencia.
Quiero rosas,
prometes rosas.
Pero no vienen,
las olvidas,
me olvidas.
Yo no a ti.
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