martes, 21 de julio de 2009

Hoy

Escupió violentamente en el suelo de concreto y dijo, con los ojos encendidos, "Sí, ceño fruncido, ¿y que? No tienes una idea de lo que es un día como hoy, en el que no hay ganas ni para levantarse. Las pesadillas agotan, me dejan temblorosa y harta. Pero no hay opción, hay que levantarse, comer con el asco en la garganta y salir. Bien vestida, sonriente. Para ser sincera, no me gusta contagiar esa enfermedad, es dolorosa y se pega sin mucho esfuerzo. El tiempo pasa y no entiendo por qué nada me gusta. El hastío me posee. Me desespero tan pronto que grito, esperando que así salga el monstruo que traigo adentro. Pero no. Entonces me distraigo con lo que sea; un libro, me aburre, la tele, me aturde, dormir, no puedo. Nada. Entonces frunzo el ceño y duermo cansada de la nada que me invade. Es tarde, no voy a sonreír un segundo más. Me voy."
Y, con las piernas temblorosas y los puños hinchados caminó hasta perderse en la oscuridad de la calle, iluminada solamente por unos cuantos faroles amarillentos y destartalados. 

1 comentario:

  1. Diria que despues de la nada está el todo, despues del hastio el extasis absoluto, pero, los puños tan cerrados de esa (creo)dama podrian pegarme (son que ella pueda controlarlos) asi que la dejare pasar en silencio.

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