miércoles, 19 de agosto de 2009

La Receta

El dolor de cabeza no tenía nada que ver con lo anteojos que desaparecieron, ni con el cuerpo extraño que apareció en la resonancia magnética. Los doctores siempre mienten, nunca saben la realidad de las cosas y, generalmente, los pacientes tampoco la sabemos o nada más no la aceptamos. Tanto esfuerzo por recordar el horario de las pastillas que ahora se fueron enteritas a la basura, todas. Las del dolor, las del tratamiento, las de dormir, las de las nauseas, las del corazón, todas. 

Las razones sobran, el tiempo sobra, las sombras también sobran. En realidad, todo sobra, me queda grande y me pierdo completamente. Como si nadara en ríos turbulentos de tela oscura; azul, verde, morado y rojo. Inmersa en una espiral de humo negro y tóxico que no me llena, que me vacía la mente y el cuerpo. Todo me sobra.

Deshidratación. Me estoy secando. Esa es la razón del dolor de cabeza. Esa y muchas más.

Al final, me dejo llevar una noche por el viento que sopla afuera y, al mirar hacia arriba, mis ojos lo ven. Mi mente no entiende, pero mi corazón sí. Mi mente se queja, pero mi corazón lo tiene. 


2 comentarios:

  1. No te seques, no te marchites, tu voluntad es superior a todo ese humo negro. Tu espìritu ha probado ser fuerte, poderoso, enorme, ESE NO SOBRA!!!

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  2. No dividas corazón y mente. Eres una, a pesar de lo que dicen.

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