viernes, 29 de enero de 2010
Paseo
Y si la luna sale de nuevo iré por ella, iré contigo de la mano y no dejaré que huyas de la luz, de su luz. Tienes manos de lija y labios de seda, me observas desconcertado haz decidido no correr más. Corremos descalsos sobre un pasto congelado y a pesar de que mis pies se encuentran lastimados me recuerdas constantemente que no hemos dejado de correr, como si yo no estuviera corriendo contigo. Quiero llevarte a la punta de la montaña, quiero jugar con una guitarra e imaginar que sé componer canciones; te quiero bajo la luna a pesar de que le tengas miedo porque ella es nuestra única protectora. Pero tu mano sigue inerte sobre la mía y ves al satélite con cierto hastío. Cansado de este lugar de su gente, del tiempo que no deja de dar vueltas y de esta luna que ciertas veces está y otras anda de fiesta.
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No está inerte. Es que hace frío y tiene gripa.
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